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"La Corrección del niño"

Hace algunos días, mientras navegaba por Facebook veía un poco de lo que acontece en la vida de muchas personas que he conocido y que en este momento forman parte de mi "lista de amigos", después al dirigir el cursor más abajo me encontré con una página que tengo tiempo de seguir "Cultura Colectiva". En esta ocasión no habló sobre temas superficiales en cuanto a "8 pasos para esto", "9 canciones que deberías de escuchar para no se que", entre otras más, ahora se limitaron a hacer una pregunta que llamó mi atención: ¿Realmente se puede educar a alguien con golpes? Haciendo énfasis sobre la violencia que se puede presentar en casa. Y creo importante mencionar que quizás la pregunta no es la relevante, lo que realmente resulta importante ante un cuestionamiento es su respuesta.

Ante esta publicación surgieron más de 7,000 comentarios al respecto del tema, dentro de ellos podías encontrar una versatilidad inmensa apoyando la educación de los niños basada en golpes como también se encontraban comentarios en contra de ello, aquellas personas que estaban a favor de "una cachetada", "una nalgadita", "un golpe con el cinto o con la chancla voladora" argumentaban el porque era esta su postura, hablaban sobre como ésta conducta agresiva entraba en el sistema familiar como una manera de prevenir el famoso "camino torcido", ya que las generaciones que emergen de las familias resultan ser consideradas como irresponsables, vándalos y sin un camino por el cual pueden guiarse terminando estos en casos de vandalismo y drogadicción, a primera vista pareciera ser algo lógico y hasta aceptable pero demos la oportunidad de ver el otro lado de la moneda.

Escasos fueron los comentarios que mantenían una postura donde los golpes no caben en la educación de los niños, me di a la tarea de ver algunos de ellos, leerlos y analizar un poco de su contenido, sus argumentos se basaban en como la violencia refleja una escasa variedad de herramientas de comunicación, y termina siendo los golpes el único método "efectivo" para la educación, se le toma gran importancia en las posibles repercusiones que puede haber en el niño cuando observa y vive en un lugar donde los golpes son una forma de resolver los problemas.

En la parte más baja de la publicación encontré un comentario acertado, hacía mención de que todas aquellas personas que apoyaban los golpes como medio de educación sí les había ocurrido algo y que hasta el momento prevalece en su vida, ellos han naturalizado la violencia.

Estos comentarios sobre "una nalgadita", "un golpe con el cinto" para que se ajusten me recuerda a algunos casos que llegan a consulta por el tema de violencia familiar, las personas que llegan mantienen consigo un constante dialogo de porque lo hizo, su justificación es que buscaban arreglar la relación y mantenerse juntos, no veo porque estas agresiones deban ser consideradas de una manera distinta, un golpe o 100 de ellos tienen la misma descripción: violencia.

Jorge Corsi en 1994 : "describe la violencia como la búsqueda de eliminar los obstáculos que se oponen al propio ejercicio del poder, mediante el control de la relación obtenido a través del uso de la fuerza. Además de que el empleo de la fuerza, así, en un método posible para la resolución de conflictos interpersonales, como un intento de doblegar la voluntad del otro, de anularlo, precisamente, en su calidad de "otro"" (Jorge Corsi, 1994)

Tomando en cuenta esto, habría que cuestionar que es lo que significa "no tener un camino torcido" que en la mayoría de los casos es la justificación de una persona que esta a favor de que los golpes pueden formar parte de una educación, un camino torcido implicaría en este caso que un niño tomara un rumbo que el padre o madre no quiera o considere como poco apropiado, lo que daría pie a considerar que uno de los objetivos de los golpes sería hacer que el niño tome el camino que tanto madre y padre quieren, lo que les proporcionaría en algunos casos control sobre la vida del menor. Con esto se podría decir y concluir que los golpes buscan el control, no propiamente una mejor educación.

Esté tema me hace recordar la columna que pueden encontrar aquí mismo, "Violencia: La Gasolina de Monterrey" donde se da una opinión en cuanto porque es tan complejo y es tanta la resistencia de dejar a un lado las conductas violentas.

No podemos negar que la violencia se visualiza en todas las áreas de la vida, y donde quizás más prevalezca es en la familia, tratemos de reflexionar en cuanto a esto, es momento de cuestionar si no existen otras opciones como forma de educación que no tengan que implicar necesariamente ejercer la fuerza.


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